Pasan y pasan los partidos y no hay caso. Basilio Gabriel Costa Heredia llegó con el rótulo de figura desde el fútbol peruano tras su excelente cosecha de goles con Mario Salas como jefe. Pero en Colo-Colo no despega. Ocasiones ha tenido de sobra. De hecho, el campeonato pasado empezó súper bien pero su rendimiento se fue diluyendo.
No es personal. No es contra la persona. Es contra el futbolista profesional.
Dicen que el futbol es de rendimientos pero con Salas no se sabe. Insiste en colocarlo. Se pierde goles hechos. Pierde los duelos individuales. Por momentos se esconde. El derroche es demasiado cuando en el banco hay varios que quieren una oportunidad. Y Costa ha tenido, irrisoriamente, demasiadas.
Se nota que el plantel lo defiende y cuida harto. Instrucción del Comandante o no, habla bien del grupo. Cada vez que hace un gol -una vez a las miles- los jugadores lo abrazan y felicitan como si hubiese marcado el gol de la final del mundo.
Lo cierto es que el hincha está harto. Salas lo sabe. Lo defiende. Lo pone. Lo saca. Y lo vuelve a colocar. No podemos decir que ganas no pone. Pero las condiciones para ser futbolista de Colo-Colo y además, ser titular, deben ser superiores a las que muestra el peruano. Contra Católica se perdió un par de goles que podrían haber cambiado el rumbo. Eso sí, no hay que restarle méritos al mejor portero del torneo nacional, Matías Dituro, que cada vez que juega contra el Cacique, se pone la capa y saca mínimo dos pelotas de gol.
Pero no es solo Costa. Es Javier Parraguez y Ronald de la Fuente. No hay caso con estos dos. Oportunidades han tenido pero no logran consolidarse. Es que es casi insólito. Parraguez se ha perdidos goles en la boca del arco y De la Fuente no ha sido capaz de defender y atacar como corresponde.
Hay buen plantel. La competencia creció este semestre. Hay un buen grupo en lo anímico. Pero falta gol y un poco más para que el equipo agarre más confianza y comience a entusiasmarse con rendir afuera. No podemos seguir desperdiciando ocasiones claras. Manos a manos. Esa chances después penan.
Ahora viene la final de la Copa Chile ante la U. Hay que ganar. De lo contrario, vendrán los fantasmas de nuevo. Es probable que Salas insista con Gabriel Costa. Ojalá rinda. Ojalá que se cambie el nombre y se disfrace de Diego Costa.
Ojalá.