Hoy se conmemoran 29 años del partido de vuelta, de aquella mítica semifinal entre Colo Colo y Boca juniors en 1991, disputada en el Estadio Monumental, ante 64.208 espectadores.
El popular tenía que remontar la derrota 1-0 sufrida en Argentina. Pero este equipo se hizo fuerte de local durante toda la competición, así lo señaló el propio Lizardo Garrido, en conversación con Radio ADN “Perdimos 1-0 en Argentina y nos abrazamos, porque sabíamos que lo daríamos vuelta en casa. Y así fue. Nos creíamos el cuento de que nadie nos ganaba en casa”, señaló.
Ante las bajas por lesión de Ormeño y Dabrowski, el once de Mirko Jozić fue Daniel Morón, Miguel Ramírez, Lizardo Garrido, Javier Margas, Gabriel Mendoza, Eduardo Vilches, Jaime Pizarro, Rubén Espinoza, Marcelo Barticciotto, Patricio Yáñez y Rubén Martínez; Juan Carlos Peralta entró en los minutos finales.
Las emociones se hicieron esperar, hasta el minuto 66, cuando Marcelo Barticciotto lanzó un preciso centro, después de una gran jugada personal, para habilitar a Rubén Martínez, quien definió el mano a mano y puso el 1-0 transitorio.
Solo dos minutos más tarde, Pato Yáñez, con su velocidad característica, ganó línea de fondo del sector derecho, puso un centro elevado, que cruzó por toda el área, hasta encontrar a Barticciotto, quien convirtió el denominado “gol imposible”, al anotar, tras rematar de primera un balón imposible.
El partido se pondría al rojo vivo con la anotación de Diego Latorre, quién cabeceó de gran manera, un centro lanzado por Gabriel Batistuta, poniendo el 2-1 parcial, a falta de 15 minutos por disputar.
La euforia se desataría al minuto 82, cuando Rubén Martínez haría una pared con Patricio Yáñez, para después picarle el balón a Navarro Montoya, y decretar el 3-1 definitivo con que Colo Colo era finalista de Libertadores.
Tras este gol, se desataría la denominada “Batalla de Macul”, que dejó 120 detenidos, entre ellos parte del cuerpo técnico de Boca; 8 heridos, donde destacó el técnico Washington Tabárez con cortes en el rostro y la mordida del perro policial “Ron”, al portero Navarro Montoya.
No obstante, el partido pudo terminarse, y Colo Colo clasificó a la segunda final de Copa Libertadores en su historia, donde enfrentaría al campeón vigente, Olimpia de Paraguay.