Desde su fundación en 1925, este debe ser uno de los momentos más complejos en la historia de Colo-Colo, sumándose a momentos fatídicos como la muerte de David Arellano y la quiebra del Club Social y Deportivo.
La crisis sanitaria producida por el “coronavirus” golpeó a todo nuestro país. Según cifras de la Superintendencia de Pensiones, más de 600 mil trabajadores fueron suspendidos de sus empleos y viven con un porcentaje de su seguro de cesantía. El ‘Popular’ no quedó ajeno a esta crisis y debió acogerse a esta misma ley para cumplir con el sueldo de todos sus trabajadores.
Más allá de las declaraciones cruzadas entre Blanco y Negro y los jugadores del primer equipo por el reajuste sueldos, esto demuestra una crisis profunda en la gestión de la concesionaria que administra al club desde hace 15 años. Esta situación levantó distintas emociones entre quienes seguimos al club en buenas y malas. Es más, la herida continúa abierta.
Sin embargo, en tiempos difíciles, emergieron iniciativas que representan un enorme orgullo para todos y todas los que compartimos el amor por esta institución y su historia.
En el aniversario del club, el CSD Colo-Colo organizó una campaña de recolección de cajas de mercadería para quienes más lo necesitan. Y, hace una semana, volvieron a reunir a las y los colocolinos entorno a la campaña “Fuego de Campeón”, para llevar tanques de gas a las familias colocolinas más afectadas por la crisis sanitarias.
Incluso, desde los mismos hinchas, han surgido instancias de colaboración dignas de aplaudir. Una de ellas es Ruta Alba, organización con un año de antigüedad que ha colaborado con ollas comunes y con personas en situación de calle durante la pandemia.
Ahora que las cifras de decesos fueron esclarecidas, nos corresponde recalcar la gravedad que representa el virus en sí mismo y la situación en la que se hallan nuestros compatriotas que conviven con el abandono y la pobreza.
Como colocolinos no podemos quedar ajenos a lo que está pasando. Nos corresponde cumplir a cabalidad con la cuarentena obligatoria y apoyar a nuestros vecinos y vecinas independiente de los colores. En estos momentos, para volver a las alegrías debemos quedarnos en casa y mantener vivo el rol social de nuestra institución. Esto, nos llevará a ser aún más grandes.