El atacante fue protagonista de la época dorada del “Cacique”, en donde se consiguió la recordada Copa Libertadores 1991.
Un día como hoy, pero hace 31 años, debutaba con la camiseta de Colo-Colo el histórico delantero nacional Rubén Martínez, goleador de raza que deleitó al fútbol chileno a punta de goles a fines de los ochenta y principios de los noventa.
El ariete comenzó a demostrar su tremenda calidad en Cobresal, club al cual defendió por seis temporadas y donde conformó temibles duplas de ataque con Sergio Salgado e Iván Zamorano, dos delanteros que también vistieron la camiseta alba posteriormente.
El punto de inflexión de su carrera lo vivió en 1989, año donde anotó 25 goles en 29 partidos con el cuadro de El Salvador, lo que le permitió convertirse, por primera vez, en el goleador de la Primera División.
Su llegada y debut por el club de sus amores
Tras aquella grandiosa temporada con el club nortino, en febrero de 1990 el delantero ficha por Colo-Colo, hasta que el 17 de marzo de aquel año hace su debut con el “Cacique” en la victoria por 3-0 ante Universidad de Chile por la primera fecha de la Copa Apertura Digeder 1990, torneo que finalmente se adjudicó el “Popular”.
En aquel partido, curiosamente, Martínez reemplazó a su ex compañero en Cobresal, Sergio Salgado, quien además había puesto el 1-0.
A partir de ese día, el oriundo de Maipú no defraudó y rápidamente se consagró como figura de Colo-Colo, ya que los 22 goles anotados ese mismo año le permitieron no sólo obtener el campeonato nacional, sino que además alzarse nuevamente como el máximo goleador del fútbol chileno.
1991: Trigoleador y campeón de América
Por si fuera poco, lo conseguido en 1991 situó a Martínez en un lugar privilegiado dentro de la historia del club colocolino. Y es que el goleador fue parte y figura del histórico plantel que obtuvo la Copa Libertadores 1991, competición en la que anotó tres goles, dos de ellos en la recordada semifinal ante Boca Juniors.
Pero eso no fue todo, ya que a finales de ese mismo año, el zurdo se consagró por tercera vez consecutiva como exclusivo artillero de la Primera División, lo que agigantó su cartel de goleador innato.
Al año siguiente integró también el plantel que obtuvo la Recopa Sudamericana 1992 y la Interamericana 1992, todos torneos conseguidos gracias al siempre importante aporte goleador del histórico Rubén Martínez.
Finalmente, en 1993 cierra su historia con Colo-Colo para emigrar al fútbol azteca, donde vistió las camisetas del Santos Laguna y Tampico Madero para luego regresar a Chile y jugar por Unión Española, Provincial Osorno, Deportes La Serena y retirarse en el club que lo vio nacer: Cobresal.
Sin lugar a dudas uno de los grandes delanteros que ha podido presenciar el fútbol chileno, y que con su frialdad a la hora de finiquitar, gran técnica, instinto goleador y amor por la camiseta alba pasó a las páginas doradas de la historia del “Cacique”.