Durísimo. Partido cerrado contra el tricampeón. Bien parados atrás, los ‘Cruzados’ llegaron al estadio Monumental con la idea de acortar distancia. Y les resultó casi todo el partido. Colo-Colo presionaba. Era el cotejo para sacar toda la carne a la parrilla, para sumar sí o sí.
Por eso, el gol de Diego Valencia tras un pase como ‘con la mano’ de Marcelino Nuñez fue un golpe duro. Obligaba a partir desde atrás. Pero el penal perdido de Morales fue un mazazo. Daba la sensación que se nos iba el título. Que la solidez cruzada era imbatible. Y vino nuestro Salvador. Pablo Solari se disfrazó de conejo y se comió al zanahoria. De ahí, todo cambió.
Con el golazo del ‘Pibe’, vinieron los cambios de fe. Gustavo Quinteros apostó por Vicente Pizarro, Joan Cruz y Javier Parraguez. El búfalo es un jugador que ha demostrado amar al cacique en las buenas y en las malas. Le ha puesto la cara a la criticas (de su madre también) y a costa de garra, empuje y coraje siempre rinde. Contra la UC, como en tantos partidos importantes en la lucha por no descender, marcó el triunfo. El símil de Felipe Flores. El de los goles importantes.
Pero el ‘picotón’ de Parraguez tuvo un actor intelectual: Cruz. El ‘mocoso’, como lo apodó Claudio Palma, se comió un planchazo de José Pedro Fuenzalida para pelear en la mitad de la cancha y dar un pase digno de Matías Fernández y Jorge Valdivia. La cantera, después de años despilfarrada, renace con jugadores que prometen, incluso, dar solución al recambio de la selección chilena.
La lucha no termina
Un partido que consolida el buen pasar. No se jugó bien, no brilló Gil, Costa ni Bolados. Pero el equipo triunfó. No importaba la forma ni el cómo. Había que ganar.
A seguir firmes, con la mentalidad humilde de que aún no hay nada ganado. La 33 está cerca, pero si se por ganada la perdemos.
Grande Colo-Colo. Grande el Pibe. Grande el Búfalo. Tremenda la cantera.
Qué ilusión tener a un técnico de talla mundial. Quinteros, sin usted, nada de esto sería posible.