Tercera fecha y seguimos mostrando la “hilacha”. Partido que parecía sencillo nuevamente se complicó por imprecisiones e impericia. Para colmo, la relación de amor y odio que pensamos que se había ido con “Parrasex”, vuelve con Gabriel Costa. Para nadie es un secreto lo importante que es: bueno, ágil, habilidoso y tiene funciones tácticas específicas como arrastrar marcas y aglutinar hombres para crearle espacios a los delanteros. Pero no logra embocarla.
Si con La Serena jugó incómodo, con Audax Italiano no fue distinto. No logra llegar al nivel óptimo. Son insólitos los goles que se pierde. Y no me vengan con el: “hazlos tú”. El tipo es un profesional. Se dedica a esto. Entrena todos los días. Su labor —no por eso simple— es hacer y generar goles. Pero ya es demasiado porque se están perdiendo puntos claves. Gustavo Quinteros ya lo blindó en sus declaraciones después del partido. Está bien, pero si sabe que no pasa por un buen momento, por qué lo pone.
Además, lo posiciona por la banda, un lugar que no le acomoda. Él hace más daño jugando al centro, casi como 10. Uno puede pensar, no lo saca para no quitarle confianza. Pero contra los “Papayeros” no le tembló la mano para cortar a Falcón. ¿Entonces? Seguir despilfarrando costará muy caro.
Solari, caso puntual
La exigencia es distinta al año pasado porque la obligación de ganar el campeonato es máxima. Hay un equipo competitivo que permite soñar. Pero dentro de la cancha se tienen que tomar mejores decisiones. Y Solari solo supo errar contra Audax. Cuesta criticarlo pero hay que hacerlo. Fue un pésimo partido ya que no tuvo la claridad ni tampoco el compañerismo para habilitar a Juan Martín Lucero en varias jugadas. En una nació el gol del empate. Y allí le llegó reto de todos.
Es lamentable porque bajó su nivel y más allá del gol con La Serena, se volvió predecible en su juego. Aquello habla bien de los rivales ya que estudian sus movimientos.
Nuevamente se pierden puntos
Otra vez por impericia se pierde la posibilidad de sumar de a tres. Nuevamente nos perdemos goles claves para cerrar el partido. Ya parece joda. Colo-Colo no tiene problemas para generar ocasiones. La dificultad está en la efectividad frente al arquero. Para peor, aunque tenemos muy buenos centrales, el “Cacique” parece titubear en demasía cuando le mueven un poco la pelota.
Se requiere solidez, contundencia y efectividad en el arco contrario. Todos critican al Peluca por pasarse revoluciones pero si nos ponemos en su lugar, da rabia romperse el lomo y ver que tú compañero se pierde goles claros.
Y al final del partido se entiende porque el “profe” pide refuerzos e insiste con Costa: Christian Santos pura facha y puros pedos.