Ambos jugadores son seguidos por la gerencia deportiva y podrían reforzar dos posiciones muy importantes de cara al próximo año.
Mientras el primer equipo de Colo-Colo se encuentra de vacaciones, en Blanco y Negro trabajan arduamente para conformar el plantel para la próxima temporada. Debido a esto, durante este jueves hubo una nueva reunión de directorio para hablar acerca de las renovaciones y también para comentar el estado de las negociaciones con futuros fichajes.
Sobre este último tema, y mientras la Comisión Fútbol del Cacique descartó la contratación de Carlos Palacios, también aprovechó de presentar dos nuevos nombres para ser evaluados por todos sus integrantes.
El primero de ellos es Matías Moya, futbolista de Ñublense que disputó 29 partidos durante la última temporada entre el Campeonato Nacional y Copa Sudamericana. El extremo izquierdo fue pieza importante en el esquema de Jaime García y su doble nacionalidad (argentina-chilena) le aportan un plus para incorporarse a un equipo que no cuenta con cupo de extranjeros.
Un viejo anhelo
El otro futbolista que fue presentado en la junta de esta jornada es Erick Wiemberg. El deportista, que pertenece a los registros de Unión La Calera, podría reforzar la banda izquierda de los albos en caso de que Gabriel Suazo termine partiendo del Estadio Monumental.
Lamentablemente, el ex Deportes Valdivia se perdió todo el segundo semestre debido a una lesión en una de sus rodillas. Sin embargo, el jugador puede desempeñarse tanto de lateral zurdo como de stopper en línea de tres, algo que podría ser muy valorado por Gustavo Quinteros.
Sin embargo, y a pesar de sumar a Fernando De Paul y Ramiro González como los dos nuevos nombres de Colo-Colo para el 2023, la tardanza en la contratación de otros refuerzos por parte de Blanco y Negro causa gran preocupación en el cuerpo técnico del Popular.