Colo-Colo vivió una dulce jornada durante la tarde del pasado sábado 20 de abril en el Estadio Santa Laura. Y es que el Cacique logró una importante victoria por la cuenta mínima ante Universidad Católica en lo que fue la novena fecha del Campeonato Nacional.
Si bien ya han pasado varios días desde dicho partido, las controversias no paran y uno de los episodios que mayor polémica generó tras el término del compromiso fue la que protagonizaron Carlos Palacios, Cristián Zavala y Damián Pizarro.
Resulta que cuando los tres delanteros se dirigían a camarines previo al arranque del partido fueron captados realizando picantes gestos contra la hinchada de la UC. Ante esto, se generó la intriga sobre si es que el árbitro del partido consignaría dicha situación y la misma prensa nacional sostuvo que la situación podría tener consecuencias.
Finalmente, el martes 23 de abril se liberó el informe arbitral del juez Héctor Jona, documento en el que no se abordó el tema que tenía a los tres arietes albos como protagonistas, lo que descarta un castigo de momento.
Es más, el escrito del réferi destacó con varios puntos en contra de Universidad Católica, donde se denunció al técnico ‘Cruzado’, Tiago Nunes, por utilizar un tablet para ver varias jugadas. En tanto, también quedó enmarcada una denuncia por la utilización de bengalas por parte de la barra universitaria.
Aún así, el tema no pasa del todo desapercibido, puesto que el reglamento de penalidades del fútbol chileno tiene un apartado específico para aquellas situaciones.
El Código de Penalidades de la ANFP
Como se mencionó el Código de Penalidades de la ANFP indica en su artículo 63, punto B, numeral 3 que “insultar o provocar a un rival, a los integrantes de los Cuerpos Técnicos y al público en general, dentro del recinto donde se efectúe el partido tendrá un castigo de uno a tres juegos“.
Sin embargo, al no ser evidenciado por Héctor Jona, no se le deberpia aplicar ninguna sanción a Carlos Palacios, Cristián Zavala ni Damián Pizarro, por lo que tanto los jugadores como Jorge Almirón, pueden respirar tranquilos, a menos de que el tribunal actúe de oficio.