El ahora ex futbolista de 37 años dejó un emotivo mensaje tras su encuentro de despedida.
Hasta que llegó el día que se veía tan lejano en 2006. Matías Fernández se paró en el centro del campo del Estadio Monumental y finalizó su carrera como futbolista profesional ante un enorme marcó de público que llegó hasta la comuna de Macul para presenciar el cotejo.
El “Mati” dio un emotivo discurso una vez que el juez Pablo Pozo dio el pitazo final, agradeciéndole a todos los que lo acompañaron en su viaje.
“A Dios, porque me permitió estar con todos ustedes el día de hoy es algo que nunca olvidaré. Agradecer a mis compañeros, que me permitieron seguir creciendo y a los que vinieron de afuera, que viajaron por más de diez horas para estar acá”, comenzó.
“Gracias a mi mujer, Alejandra. Porque ha sido pilar fundamental de mi carrera. A mis hijos, que siempre me acompañaron y estuvieron dispuestos a cambiar de ciudad y de país. Hijos, ahora es mi turno de acompañarlos. Darle las gracias a mi madre Mirtha, quien me impulsó cuando no tenía ganas de quedarme en Santiago porque me daba pena y ella me dijo que tenía que intentarlo. A mi padre que está en el cielo y estoy seguro que debe estar honrando en este momento”, completó.
Matías Fernández, enamorado de Colo-Colo
Para cerrar la jornada, Matías Fernández reiteró su cariño por Colo-Colo, club que lo vio nacer. “Jugué por primera vez en Colo Colo, el equipo no estaba muy bien y la hinchada comenzaba a exigir. Entré y la verdad es que no entré muy bien, pero como era de la casa, todo el mundo me aplaudía, aunque perdía la pelota. En este momento, comprendí que Colo-Colo es una familia y es la familia donde pertenezco. Llegué con 12 años y hoy tengo 37. Ahí empezó mi historia y hoy termina donde todo comenzó”, remarcó.
“Con perseverancia, disciplina y entendiendo que conseguir las cosas terrenales, sin tener a Dios, igual nos hará sentir vacíos. Si bien me retiro del fútbol profesional, no me retiro del fútbol, porque siempre será parte de mi vida. No seguiré corriendo en las canchas, pero siempre estaré en la carrera espiritual”, fueron las palabras con las que culminó Matigol.